domingo, 11 de abril de 2010

MI PASEO DE SEMANA SANTA

Nuestro viaje empiza el domingo 28 de Marzo. Y termina el viernes 9 de Abril. Tres chicas: María, Marta y Marina. Las tres “emes”. El primer destino es St. Vincent y Las Grendines, un conjunto de islas situado entre Grenada y Santa Lucía. Estamos al sur del Mar Caribe, al lado de Venezuela. El avión que nos lleva a esta isla es una pequeña avioneta que hace un ruido espantoso!
En Sant Vincent visitamos la isla Walillabou en donde se rodó una parte de la peli Piratas del Caribe, y vaya piratas que nos encontramos por allí! Aquí hay muchas plantaciones de marihuana y todo el mundo consume, sobre todo los rastafaris que forman la mayor parte de la población. Montarse en el minibús es toda una aventura…Pero María no pudo vivirlo tan intensamente porque sus medicamentos del resfriado la dejaron anestesiada.

Segundo destino: Union Island. Esta es una pequeña islita situada al sur del cordón de Las Grenadines. Este agrupamiento de islas son una postal del Caribe. En Union Island eran las fiestas y todo el pueblo estaba en la calle, la música roots reggae marca el ritmo y los rastafaris nos sorprenden con los bailes que se marcan!casi no se nota que somos extranjeras…la únicas “rubias” de la zona! Al día siguiente los vigilantes de las Tobago Cays nos llevan en barca a éstas. Es alucinante este día…las tres llegamos a definirlo como el día mas completo de nuestras vidas, en términos viajeros! Para empezar el día intensamente buceamos con tortugas…y vaya animales más asombrosos. Es un subidón de adrenalina. Había decenas de tortugas alrededor de la islita, aparecían por todas partes y se cruzaban, muy oportunamente, en nuestros caminos. Ya llegando en barca se les ve asomar la cabeza para…tomar oxígeno? Son enormes y con rostro de sabias. Tras pasar la mitad del día en el agua nos fuimos a otra islita (cuando digo islita me refiero a un trozo de tierra con palmeras y arena blanca jejeje) en donde vimos mantas y conocimos a unos nuevos rastas muy agradables que nos invitaron a cenar langostas recién pescadas. Un menú variado y muy sabroso en un lugar retirado del mundo. Sin ningún ruido más que el mar y sin niguna luz más que las velas y las estrellas. Después unos españoles que estaban en yate nos invitaron a un ron del Caribe y para finalizar el día el mismísimo capitán Jack Sparrow caribeño nos lleva a casa en su barca.

Los días pasan el Union Islan y empezamos a ver que la gente no es lo que era el primer día…los muchachos empiezan a ponerse pesaditos queriendo saber que vamos a hacer en todo momento, pero no es de extrañar teniendo en cuenta que los extranjeros somos lo más parecido a un dólar que hay por allí. Otro paseo en barca por las islas vecinas nos deja el culete un poco amoratado de los saltos con las olas pero la verdad es que mereció la pena. La última noche en St Vincent la pasamos en el aeropuerto que para nuestra sorpresa estaba cerrado. El segurata del lugar nos invitó a dormir en su caseta de seguridad, que al fin y al cabo más seguras no podíamos estar!!nos salió redondo todo.

El segundo destino es Barbados, una isla que rompe con el ritmo de vida de la anterior. Bardaooouuuuussss! Muchos, demasiados, resort de gente con pasta y modelitos andantes. Es el National Fish Festival. De nuevo toda la gente en la calle. Nuestro barrio es muy simpático, se llama Ostis, digo Oinstins! Nuestro dueño de casa es otro rasta para variar marihuano, muy majo. Su mujer es alemana y hacían una curiosa pareja. El lugar donde nos alojamos es Alexandría Guest House. En esta isla no estuvimos mucho tiempo pero lo suficiente para ver lo desarrollada que está en comparación con las islas vecinas. Nos comimos una buena cena de…delfín. Aunque puede parecer incluso cruel imaginarse comiendo un delfín con la carita de buenos animales que tienen y lo joviales e inteligentes que son…tengo que decir que lo comí con gusto aunque me costó decidirme. Marta optó por otro pescado más feo porque no podía imaginarse un delfín chapoteando en su plato. De barbados partimos rumbo Dominica.

Dominica guarda lo majestuoso de la naturaleza abrupta, montañas, volcán, indígenas, 385 ríos, cascadas y una gente fabulosa. Aunque ya la conocía no deja de sorprenderme. Visité de nuevo a la familia de Jean Baptiste en la Reserva de indígenas Caribs y les encantó conocer a María y a Marta. Son gente humilde, gente noble, gente de tierra, de su tierra y de la naturaleza, gente de costumbres ancestrales y rica cultura, que viven felices con lo que tienen. Hay mucho que aprender de ellos y como dice una canción: “si en lo pequeño está la fuerza, si hacia lo simple anda la destreza, volver al origen no es retroceder, quizás sea andar hacia el saber”.

La vuelta a Guadalupe fue toda una aventura ya que volvimos en una pequeña patera, un barquito de pescadores las tres “emes” acojonadas, yo más que nadie, porque hacía mucho viento y estábamos cruzando el Océano Atlántico…Después de salir viva de esta nunca más arriesgaré mi vida o mi salud mental de esa forma!!

En definitiva un viaje precioso y enriquecedor…con mis dos pedorras preferidas!Gracias chiquitaaaaaaas, sois lo mejor!

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